"La lista de Schindler", 25 años no es nada

"La lista de Schindler", 25 años no es nada
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La liquidación del gueto de Cracovia en marzo de 1943 es recreada en la película en una secuencia de 15 minutos

Leo que hace 25 años ya del estreno de "La lista de Schindler", y con motivo de ello se va a restrenar la película este fin de semana. Lo cierto es que me ha provocado un cúmulo de sensaciones. Por percatarme de que soy mucho más mayor de lo que creo, y por rememorar el impresionante impacto que tuvo sobre mí cuando la vi con 17 años.

Aquel año Spielberg ya había estrenado uno de sus grandes éxitos, "Parque Jurásico", película con clara vocación comercial que, si bien no la pondría entre mis favoritas de su filmografía, me resultó tremendamente entretenida. En aquel momento ya se sabia que es mismo año se iba a estrenar la que sería su película más personal, y que trataría sobre un empresario alemán que salvo la vida a cientos de judíos,  en blanco y negro. Más de uno arqueó las cejas. Consideraban que era una rareza del rey midas de Hollywood, que probablemente sería muy bienintencionada, como bellas imágenes y poco más. Se equivocaron de pleno.

Fui a verla con un amigo a la sala más grande de los cines Capitol, la mejor sala en aquel momento de Bilbao junto con la de los Mikeldi. Mi principal motivación para verla era que era de Spielberg. Las tres horas de película pasaron de forma fulminante. Al terminar mi amigo y yo nos quedamos sin palabras. No nos podíamos creer que Spielberg hubiera sido capaz de crear algo así. La volví a ver dos veces más en cine e incontables veces en VHS, además de leer por supuesto la novela en la que se basaba.

Spielberg era para mí y para muchos de mi generación el director de películas que marcaron nuestra vida. "Tiburón", "ET", Las tres películas de Indiana Jones, y "Encuentros en la tercera fase" se contaban entre mi filmografía predilecta. Por entonces ya había realizado varios intentos por hacer otro tipo de cine como "El imperio del sol" en el que intentaba emular a su idolatrado David Lean, o "El color púrpura", que ha pasado a la historia por conseguir nada menos que 11 nominaciones a los Oscars y no llevarse ninguno. Sin ser ni mucho menos películas despreciables, lo cierto es que no consiguió que la crítica y los medios lo tomaran como un director a considerar fuera del ámbito de cine de entretenimiento.

"La lista de Schindler" se basaba en la novela "El arca de Schindler" de Thomas Keneally que a su vez se basaba en un hecho real, y era un proyecto en el.que el director llevaba varios años involucrado. Propuso dirigirlo a Martín Scorsesse que estuvo a punto de emprenderlo, pero finalmente cambió de opinión y filmó  "El cabo del miedo". También se propuso a Román Polanski que declinó el ofrecimiento porque el tema le tocaba muy de cerca (había pasado parte de su infancia en el geto en Cracovia) aunque años después realizó "El pianista", película de temática muy similar. Finalmente el mismo tomó las riendas.

Tomó varias decisiones que para un director como el parecían muy radicales.
Decidió rodar en blanco y negro y el estudio le propuso hacer copias en color, a lo que se negó. También por primer vez renunció al uso de story boards renunciando a la puesta en escena milimétricamente calculada para rodar gran parte con cámara en mano y así dar más realismo e imagen de documental. Se planteó incluso rodarla íntegramente en Alemán y Polaco, pero terminó desechando la idea porque pensaba que los subtítulos distraerian al espectador. Eligió además a actores desconocidos para el gran público en aquel momento como Liam Neeson y Ralph Fiennes, cuyas carreras se relanzaron a partir de aquel momento.

El rodaje fue extenuante por la dureza del mismo y porque el director sentía una gran implicación emocional con lo que estaba haciendo. Además una vez terminada la jornada tenía que supervisar la postproducción de "Parque jurásico". Para animarse y desconectar se dice que el actor Robin Williams le llamaba diariamente para contarle tonterías y hacerle reír, y que solía ver episodios de "Seinfield".

El resultado es historia. Spielberg volcó todo su talento y sabiduría cinematográfica en ella con total libertad. La factura de la producción es impecable. La fotografía de Janusz Kaminski, el diseño de produccion, la música intimista compuesta por John Williams con el violín de Itzhak Perlman, el montaje, el guión de Steven Zaillian.. Pero lo más importante, como en toda película, es que esta transmita emoción, y lo consigue con creces trasladandonos al infierno de la condición humana, pero transmitiendo a la vez un mensaje esperanzador.  

Si bien el conjunto es brillante y cargado de momentos memorables, no puedo dejar de destacar la que es, a mi juicio, el peor momento. Creo que es interesante hacerlo porque denota la que creo que es el peor defecto del cineasta, su tendencia ocasional al exceso sensiblero. La escena en cuestión sucede en la recta final, cuando Oskar Schindler, antes de huir y ante los judíos que ha salvado, se derrumba y se lamenta por no haber salvado más. Es un momento innecesario, excesivo e impostado. Pero por supuesto, un momento aislado no estropea el conjunto.

El filme consiguió 7 Oscars, pero el mayor logro fue sin duda el reconocimiento al inmenso talento de su director y la consagración como uno de los mejores directores del cine estadounidense.

Dicho todo esto, no me queda más que recomendarles que si no la han visto, no pierda la oportunidad de poder verla en pantalla grande, donde el cine siempre es mejor.

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