¡QTDPC!

maniquís (pixebay.com)
maniquís (pixebay.com)

Dejémonos de formalismos. Les voy a hablar como conciudadano, como vecino, como uno más. Hablaré como lo hacemos entre amigos, en la calle. Iré directamente al grano: Que te den por culo. No, no me refiero a ti amigo o amiga lectora; me refiero al sistema. Sí, al sistema, esa entidad malévola que basa su existencia en el sufrimiento de la población; el sistema que nos trata como miserables herramientas de producción y reproducción. He dicho reproducción, porque para él no somos más que un criadero de más mano de obra. Pero ojo, no todos podemos reproducir.

Vamos a diferenciar ambas cuestiones: uno/a produce un servicio o producto para comerciar con él a cambio de dinero, como cabe suponer; reproduce para que sus hijos produzcan. Claro está que no todos aquellos que producimos podemos reproducirnos. Ya sabéis, hay que ser heterosexual y físicamente atractivo. Podemos verlo en las redes sociales, revistas y anuncios publicitarios de cualquier índole: Mujeres esqueléticas y operadas, y hombres musculosos cuyo entrenamiento mental quedó atrás, junto su adolescencia. Porque, en efecto, el sistema pretende crear un modelo de "hombre" y "mujer" concreto, imponer su belleza y comerciar con ese cuerpo falso, ficticio, como si de un producto se tratase. ¡Felicidades, ha descubierto usted que su cuerpo es un elemento de (re)producción! a menos que sea un obeso o tenga estrías, por supuesto. Vamos, y no hablemos si es usted mujer y no tiene la línea "ideal" o la piel tan lisa como la de un delfín.

Qué importa. Si estás obesa, produces pero ¡ojo! No te reproduzcas, que si no nuestra raza suprema de homínidos hipersexualizados se corrompe. Eso hasta que, claro, el encargado del marketing de una marca grande de ropa se da cuenta de que existen, en el mundo, diferentes cuerpos y un gran movimiento social que los reivindica y, como buen humano que produce, reproduce una imagen de falsa inclusión en su marca, mostrando mujeres y hombres obesos, para que la gente, ingenua, exclame "¡muy bien, ellos no discriminan". No, claro que no, señor o señora que va a comprar ropa fabricada por niños camboyanos a medio euro la hora y que el bueno de su dueño, alguien así como Amancio Ortega, se la vende a precios desorbitados, a esa marca de ropa le da exactamente igual ese obeso que le sonríe en la imagen de la etiqueta. Es más, seguirán haciendo tallas para mujeres de cuarenta años que parecen, más bien, para niñas de quince (o pantalones de estos que están cortados de tal manera que a su hija de dieciséis años se le vea el cachete, como buen producto de reproducción que es para el sistema para el que trabaja la marca a la que le compra ropa).

Produce material y reproduce humanos. Se atractivo o atractiva. Sucumbe al monopolio del aspecto físico y la belleza que el capitalismo (si, he dicho capitalismo; no se asusten señores liberales y sucedáneos) y el patriarcado (lo mismo que el anterior paréntesis pero para los machitos que ven en peligro sus privilegios de hombres blancos heterosexuales y cisgenero) han impuesto en este pútrido sistema. Descárgate esas redes sociales y expón tu vida y, por supuesto, tu cuerpo, para ganar seguidores. Acosa a todos aquellos que no cumplan los cánones de belleza que nos meten con calzador en la cabeza. Compra ropa solo porque aparezca un obeso en una foto de la marca (la misma marca que rechaza currículums de mujeres por ser obesas o querer ser madres - tremendo delito -). En fin, haz todo lo posible para que, un servidor, te diga alto y claro: ¡Que te den por culo!

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