En los últimos años esta resurgiendo el comic histórico, sin lugar a dudas uno de los que brilla dentro de este genero es “Murena”.

Planeta DeAgostini publicó en 2011 un integral con el primer ciclo de la colección, compuesto por los 4 primeros álbumes,  en una edición Integral de gran calidad.

Murena es un comic realizado por uno de los mejores guionistas europeos de la actualidad, Jean Dufaux junto con el dibujante ya fallecido PhilippeDelaby. Dufaux nos cuenta una historia ambientada en la Roma del año 54 en las postrimerías del reinado de Tiberio Claudio César Augusto Germánico, conocido por todos nosotros como Emperador Claudio.

En esta Roma y como no puede ser de otra manera se desarrollan intrigas palaciegas, desarrolladas por Agripina, la mujer del César y que llevan a la muerte de Claudio con el fin de encumbrar al joven Nerón a la dignidad de Cesar. Veremos a Británico (el primogénito de Claudio) luchar por desentrañar el asesinato de su padre y al amigo del joven Nerón. Lucio Murena (que da nombre a la obra) ha hacer lo mismo para descubrir la identidad de los asesinos de su madre, Lola Paulina, el auténtico amor del viejo Emperador Claudio.

En Murena vemos, como no puede ser de otra manera, una historia de “romanos”, gladiadores, luchas por el poder, esclavas, envenenadoras y cortesanas. El lector algo documentado encontrará cierto regusto a la obra de Robert Graves “Yo, Claudio”. En este comic, Dufaux parece obedecer la máxima latina “De parvisgrandisacervuserit” a la hora de narrarnos esta historia. Nos describe con inusitada exactitud el ambiente de aquella Roma Imperial pero no basándose en las grandes cosas si no en las mas pequeñas y cotidianas, las que realmente mueven el mundo, el  amor, el odio y la venganza. Por ponerle un pero a la obra, la aparición del apóstol Pedro se nota forzada y nos recuerda mas a “Quo Vadis” que al tono general de la obra.

En cuanto al dibujo, la elección de Philippe Delaby como ilustrador y de Dina Kathelin como colorista es otro de los aciertos. El espleédido y detallista dibujo de Delaby nos sumerge desde la primera viñeta en la Roma del año 54 convirtiendo cada viñeta en un auténtico disfrute para nuestros ojos.